Nunca en mi vida he conocido a alguien que le guste más la leche que a mi padre.
Recuerdo que cuando nos preparaba el desayuno, siempre se servía un tazón enorme de leche hirviendo y a nosotros, nos la preparaba en pequeñas tazas blancas. Yo odiaba que en la leche se me hiciera nata cuando empezaba a enfriarse, pero hoy, el recuerdo es dulce.
Él no ha podido saborear este bizcocho, pero mis sobrinillos se han puesto las botas con él.
Papi, esta receta te toca a ti, te la dedico con todo mi corazón.
Ingredientes:
- 4 huevos.
- 1 vaso de leche entera. Tomaremos el vaso que utilicemos como medida para el resto de ingredientes.
- 1/2 vaso de aceite de girasol.
- 2 vasos de azúcar.
- 1/2 sobre de levadura Royal.
- 3 vasos de harina.
- La ralladura de un limón, o una cucharada de esencia de limón.
- Azúcar glass para la decoración.
Como siempre, tamizaremos todos los ingredientes secos, menos el azúcar. Añadid después el aceite de girasol y empezad a batir con las varillas del robot de cocina o de la batidora. Seguidamente, echad el azúcar, la leche y los huevos. Es importante que cuando preparéis los huevos, separéis las yemas de las claras. Éstas las batiremos a punto de nieve y será lo ultimo que añadamos a nuestra masa.
Añadid la ralladura del limón o la cucharada de esencia y como os dije anteriormente, las claras a punto de nieve. Cuando hagáis esto, mezcladlas con una espátula con el resto de la masa, así, el bizcocho quedará muy esponjoso.
Hornead el bizcocho a 180º durante unos 40 minutos. Usad un palo de brocheta para pasada una media hora, comprobéis si el bizcocho está ya horneado.
Os aseguro que os va a quedar muy rico. Ánimo, que esta receta es muy sencillita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario